La confusión
“El pueblo argentino, como nunca, duerme un interminable sueño,
que se acabará cuando despertemos y ya no existamos como país.”
Así comienza un mail extraordinario que llega a mi computadora, enviado
anónimamente y supongo que destinado a que cada destinatario despierte de la
supuesta irrealidad en que vive.
Me parece interesante compartir con los lectores la asombrosa repetición de
lugares comunes que hacen los promotores de estas campañas lanzadas desde las
hoy llamadas “redes sociales”.
Veamos, sólo como ejemplos, algunas afirmaciones que hacen:
1) “Apretaron a la Iglesia. Apretaron al Campo. Apretaron a los medios y
periodistas. Forrearon a las FF.AA. Apretaron a la oposición, a la Industria, a
la Justicia.”
2) “Tienen fuerzas de choque y patoteros pagos, que sacan de las cárceles
cuando los necesitan, para pegarle a la gente y provocar en los
cacerolazos.”
3) “Transformaron el Congreso en escribanía. Extorsionan y patotean a
gobernadores e intendentes.”
4) “Hicieron y hacen terribles negociados con la obra pública. Compran los
votos de los legisladores. Esta época es peor que cuando usaban la Banelco.”
5) “Son más corruptos que todos los presidentes anteriores juntos.”
6) “Nos aislaron del mundo (...) Argentina está devaluada, no existimos.
Tenemos una economía cerrada.”
7) “Nos distraen con la ley de medios y el voto a los 16 años, como si no
hubieran cosas más urgentes.”
8) “Pronto tampoco va a haber propiedad privada ni libertad individual.”
9) “Cada día vemos cómo matan a nuestros vecinos; nadie responde, nadie hace
nada.”
10) “No llenan una tribuna sino es con dádivas, planes, micros.
Autoconvocados no tienen a nadie. Ultrajaron el Indec. Mataron a López. Mataron
a Juan Castro (...). Burlaron a los 400.000 electores de Patti, aprobado como
candidato por la Cámara Electoral. Pisaron a maestros de Río Gallegos.
Patotearon a los manifestantes en Plaza de Mayo. Dejan que la delincuencia no
pague. Dan prisión domiciliaria a los violadores. Ignoran y verduguean a
Macri.”
11) “Cada día hay más miseria. Crearon la fábrica del subsidio para generar
más vagancia (...) Premian a los que menos hacen y castigan a los que laburan.
Los que tienen cinco hijos ganan más que un jubilado.”
12) “No hay infraestructura vial, no hay salud, no hay seguridad, no hay
educación, no hay previsión energética, no hay combustibles, no hay carnes, no
hay leche, no hay estrategias ni políticas.”
13) “El año próximo importaremos carne, trigo y maíz.”
14) “Con el dinero de las drogas y la salud de nuestros hijos, ellos se
compran campos y estancias en la provincia de Santa Fe.”
15) “Cuando sea expulsada de la Casa Rosada, la Presidenta vivirá en uno de
los tantos palacios comprados en el extranjero, con dinero que robó, roba y
robará.”
Entre las esperanzas, que las tienen, aseguran que ahora “nos queda Jorge
Lanata. Pero él solo no puede hacer nada” porque “a este pueblo parlanchín y
fanfarrón le sobra lengua y le falta coraje”. Todo escrito con grandes signos de
admiración no forzados.
Como se aprecia, la histeria y el despropósito de estos enunciados son tan
palpables que asombra que muchos argentinos/as puedan creerlos.
Es curioso, sin embargo, que en esa pintura del supuesto país horroroso en
que creen vivir, no mencionan la tan meneada re-reelección presidencial, que por
ahora no existe como proyecto legislativo concreto y todo lo que el país está
viendo es sólo una creciente esgrima periodística. A la que no habría que hacer
caso, y menos si acusan de confrontativa a la Presidenta cuando la verdadera
confrontación –sistemática e implacable– la generan y sostienen los medios
encabezados por el Grupo Clarín.
Ellos son, además, la verdadera y más poderosa oposición que hoy existe en la
Argentina. Alarmados porque se acerca el 7 de diciembre y la lucha ideológica
devino también económica, es presumible la tentación de que se rompan los
principios de la democracia. El golpismo destituyente, como lo prueba la
historia de nuestro país, puede llegar incluso a estimular formas de violencia.
Ojalá me equivoque, pero podríamos estar en vísperas de días
sombríos.
Bien haría el Gobierno en tener en cuenta todo esto, por si acaso,
pero sobre todo es imprescindible que tomen nota de ello algunos dirigentes que
parecen no advertir la gravedad y exageración de sus reclamos, pero llaman a
marchas y manifestaciones que no es seguro que controlen. Hugo Moyano, Pablo
Micheli y Pino Solanas, entre ellos, que ya están coincidiendo con los señores
Macri, De Narváez, Buzzi, Duhalde, De la Sota y Cecilia Pando.
Digan lo que digan, en la cancha parecen estar pateando todos para el
mismo lado: la desestabilización. Porque si se trata de construir alternativas
para vencer electoralmente –para lo cual tienen derecho, y también muchos
deberes– no parece ser éste el camino. Y menos el de confundir a la ciudadanía
exagerando el pánico.
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