jueves, 31 de octubre de 2013

Un ente regulador para los medios

EL REINO UNIDO CREO UN SISTEMA DE SUPERVISION DE LA PRENSA. LOS DIARIOS PARTICIPAN DE FORMA VOLUNTARIA

Un ente regulador para los medios

Los grandes grupos de la prensa británica no pudieron evitar con un recurso judicial de último minuto que se aprobara un nuevo sistema regulador a la luz de los escándalos de escuchas telefónicas de Murdoch.
 Por Marcelo Justo
Desde Londres
Los grandes grupos de la prensa británica no pudieron evitar con un recurso judicial de último minuto que se aprobara un nuevo sistema regulador a la luz de los escándalos de escuchas telefónicas. El Consejo Asesor de la reina de Inglaterra, compuesto por altos funcionarios y miembros del gobierno, sancionó el nuevo régimen que contempla la creación de un órgano regulador y otro veedor con poderes ampliados y multas de más de un millón de dólares por la violación del código ético de la prensa.
En un día de alto voltaje dramático, dos instancias judiciales rechazaron el recurso de los grandes conglomerados mediáticos para que se bloqueara la aprobación del nuevo sistema. Según el juez Stephen Richards, la prensa “tuvo muchísimo tiempo para presentar sus argumentos” sobre el nuevo marco regulatorio y su demanda era “en el mejor de los casos muy floja”. Los conglomerados –el News Corp de Murdoch, el Daily Mail and General Trust y el Trinity Mirror– apelaron nuevamente por la tarde ante la corte, que volvió a negarles una orden interina para bloquear el nuevo sistema.
El nuevo sistema, consensuado por los tres principales partidos políticos, reemplaza a la Comisión de Quejas sobre la Prensa que se mostró totalmente inoperante durante las últimas dos décadas, escenario de los escándalos de la familia real y, finalmente, el de las escuchas. Como por la mano de algún demiurgo, al mismo tiempo que la Justicia despejaba el camino para la promulgación oficial del nuevo sistema, tres periodistas se declaraban culpables ante la Corte Criminal de Old Bailey de interceptar comunicaciones e interferir el teléfono de una colegiala secuestrada y asesinada, Milly Dowler. El caso de Dowler provocó renuncias en masa en el grupo Murdoch, el cierre del dominical News of the World y forzó al gobierno a crear en 2011 la Comisión Leveson, que propuso un nuevo sistema regulatorio.
La vieja Comisión de Quejas sobre la Prensa era un mecanismo de autorregulación sin poderes de investigación o sanción de la prensa y con un código ético blando que nadie respetaba. El actual sistema propone la creación de un regulador, nombrado por la misma prensa pero sin editores o miembros de los periódicos en su directorio, y un panel veedor que vigilará que el regulador respete el código ético y se comporte de manera independiente.
La propuesta, criticada en un principio por las víctimas de las escuchas telefónicas, intentaba mantener un difícil equilibrio entre una suerte de autorregulación de la prensa –que nombran al comité regulador– y una garantía de que este comité actuará de manera independiente gracias a la vigilancia del órgano supervisor. En un intento de garantizar la libertad de prensa y la no interferencia política, el órgano supervisor no podrá estar integrado por periodistas, políticos o funcionarios públicos.
El sistema tiene un talón de Aquiles: es voluntario. Los periódicos sólo estarán sometidos a esta regulación si aceptan participar. Esta participación está alentada por incentivos que favorecen que las quejas contra la prensa se resuelvan por procesos internos de arbitraje y que autorizan a las cortes a tratar de manera diferente a un periódico en caso de que no forme parte del sistema.
Estos incentivos no bastaron para los mandamás de la prensa que ahora deben decidir si forman parte del sistema o lo boicotean, generando un potencial enfrentamiento entre el Parlamento y los medios. El director ejecutivo de The Times, Roger Alton, insinuó que habrá una resistencia en masa. “Una idea que fue consensuada entre políticos y lobbistas antiprensa mientras comían pizza no va a controlar la prensa, que es clave para la democracia. Lo resistiremos”, señaló.
Ningún diario ha anunciado su participación en el sistema, pero no todos apelaron en contra de su existencia. The Guardian, Financial Times y The Independent se mantuvieron al margen de la acción judicial. El grupo Hacked Off, fundado por las víctimas de las escuchas, entre otros el actor Hugh Grant, condenó duramente el llamado a la resistencia. “Murdoch y sus amigos se están aferrando al derecho a mentir, intimidar, entrometerse y hacer miserable a la gente”, señaló el director ejecutivo de Hacked Off, Brian Cathcart.

miércoles, 30 de octubre de 2013

Ya se puede ver en Internet el diccionario de este continente


Por Guido Carelli Lynch

Tiene palabras como chabón, guagua, cancha y hasta pollera. La obra reúne 70.000 vocablos y 120.000 acepciones. Son términos que de país en país pueden tener significados muy diferentes.

  •           
“¡Sobre mi cadáver!”, se exaltaba hace unos días en Panamá, durante el Congreso de la Lengua Española, Humberto López Morales, secretario de la Asociación de Academias de la Lengua (ASALE). Esa respuesta –aseguraba a Clarín – había preparado si sus colegas de la Real Academia Española (RAE) no daban rienda a su iniciativa de crear un Diccionario de Americanismos. Pero no hizo falta, este académico se salió con la suya y en octubre de 2010 la ASALE publicó su propio diccionario con 70 mil palabras y un total de 120 mil acepciones que se utilizan en este continente, donde vive el 90 por ciento de los hispanohablantes. Ahora, la obra está disponible en Internet, en http://lema.rae.es/damer/.
El español se ensancha todo el tiempo. Del este al oeste y del norte al sur. El diccionario de americanismos es un muestrario de ese desarrollo, que nunca es antojadizo. Porque con la primera intervención estadounidense en República Dominicana surgió el concepto de partywatcher, que era el vigilante de las fiestas adonde acudían los gringos. La palabra se dominicanizó: hoy un pariguayo es una “persona que hace el ridículo por no estar a la altura de las circunstancias” o un sinónimo de estúpido. En el mismo país y en Honduras, petardo se utiliza para denominar un “pedo estruendoso y de mal olor”. Pero en Puerto Rico el petardo es el rabo de gallo, una bebida. Una “traba”, en cambio tiene muchas y distantes acepciones. En Nicaragua, Bolivia y Chile (y también en la Argentina aunque el diccionario no dé cuenta) se utiliza como sinónimo de “gancho” para el pelo. En Colombia, en cambio, es el estado de euforia tras el consumo de algún estimulante. Una guagua, por el contrario, puede ser un “niño de pecho” en Colombia; un autobús en México y Centroamérica; o una “piedra en forma de media luna que se emplea para moler” en Bolivia. El diccionario identifica el argentinismo “gorila”, como “persona de ideas reaccionarias y gobiernos autoritarios”. Pero en Costa Rica, la palabra describe a los hombres corpulentos.
Por todos esos malos o buenos entendidos, López Morales creía que el Diccionario de Americanismos era una necesidad. Porque el diccionario de la Real Academia Española, que ya lleva 22 ediciones, sólo incluye los americanismos que se hablan en más de tres países o en España.
El proceso para unificar criterios para este diccionario llevó casi tres años. Cada una de las 21 asociaciones americanas y la propia RAE colaboraron con el proyecto, enviaron sugerencias y correcciones. Pero por distancias y política –la ASALE funciona en el edificio de la RAE y se financia con recursos del ministerio de educación español– las decisiones finales se tomaron siempre en Madrid.
El prólogo del diccionario precisa la génesis del proyecto. Los primeros intentos datan del siglo XIX, cuando surgió la mayoría de los academias latinoamericanas. Recién en el Congreso de la ASALE de Puerto Rico en 2002 se acordó avanzar en el proyecto.
Algunas críticas perduran. “No es exhaustivo ni exacto. Baste como ejemplo la palabra “mouse”, de amplio uso en América.
El Diccionario de Americanismos dice que se usa solo en Panamá y Estados Unidos, el DRAE la ignora y el Diccionario Panhispánico de Dudas la desaconseja. Las decisiones fueron tomadas en Madrid, como se admite en el prólogo”, dispara el uruguayo Ricardo Soca, editor del popular sitio elcastellano.org y un crítico asiduo de la RAE.
La filóloga argentina Ana María Gargatagli cree que un diccionario como el de americanismos refuerza la idea de que existe un castellano general (y culto) que se utiliza en España y cientos de formas dialectales que ni siquiera comparten todos los países de América.
En el diccionario de americanismos hay proporcionalmente más insultos que en el DRAE. “Hay palabrotas tremebundas, pero esto no es un diccionario de piedad, están las palabras que se usan”, afirmaba el secretario de la ASALE.
La Asociación prepara por estos días una nueva edición, que podría ser presentada después de su próximo Congreso, en noviembre de 2013. “Tenemos unas 700 enmiendas, nuevas acepciones, nuevos orígenes. Hay además palabras que nacen y otras que mueren, como la vida misma”, explicaba López Morales.
Basta echar un vistazo al diccionario y no ser ningún letrado pare ver cuántos significados y orígenes deben ser corregidos. Mientras tanto, lejos de las academias, nuevas palabras nacen y se forjan.

Del chabón a la merca y la zunga


               
¡Aguas!: Advertencia a quien sufre un riesgo (Mx, Gu, ES).
Artista: Persona que puede simular convincentemente, sin ser profesional, diferentes sentimientos (Ni, Cu, PR, Pe, Ar, Ur).
Bajón: Persona desalentada, deprimida (Mx, RD, Pe) - Sensación de hambre (Ho, ES, Ch).
Bichicome: Indigente sin hogar, que vive de desperdicios (Ur).
Camión: Autobús (Mx).
Chabón: Persona, tipo (Ar, Ur).
Chango: Carro para cargar las compras (Ar) - Pubis de la mujer (Mx) - Viento suave y fresco que sopla en las primeras horas de la mañana del mar a la tierra (Ho).
Chingar(se): Frustrarse, fracasar (EU, Mx, Gu, ES, Ch) - Violar sexualmente a alguien (EU, Mx) - Caer desparejamente el ruedo de una prenda (Py, Ar, Ur).
Chino: De rasgos aindiados (Ve, Ch, Ar, Ur) - De cabello muy rizado (Mx) - De cabello muy lacio (Cu, PR) - Persona desnuda (Ve).
Confort: Papel higiénico (Ch).
Curro: Estafa, contrabando a pequeña escala (Ar, Ur) - Cerdo, animal doméstico (Gu, Ho, Ni).
Franela: Trapo de lana o algodón (Mx, Ec, Py, Ar, Ur) - Adulador (Pe, Ar) - Remera deportiva (RD) .
Loco: Persona que se encuentra bajo los efectos de la droga (Mx, Ho, ES, Ni, PR) - Cantidad escasa (Ar, Ur) - Personaje popular a quien, aunque realice actos poco convencionales, se admira por su desenfado y valentía (Pa).
Mate: Recipiente donde se toma la infusión de yerba mate, hecho de una calabaza o de otra materia (Bo, Ch, Py, Ar, Ur) . - Cabeza de una persona (Bo, Ar, Ch, Ur).
Merca: Forma popular de mercado (Co, Bo) - Estupefaciente que se comercializa de forma clandestina (Pe, Bo, Ur).
Papusa: Mujer, especialmente la hermosa y atractiva (Ar, Ur).
Pinchar(se): Tener una relación amorosa o sexual superficial con alguien (Ch, Py, Ar).
Plato: Lugar donde se anota en el campo de béisbol (Ni, Cu, RD, PR, Ve) - Situación o persona jocosa, alegre o festiv a (Bo, Ar, Ur) - Referido a persona, que provoca risa por su aspecto o forma de vestir original o estrafalaria (Ec, Bo).
Posta: Excelente, óptimo, exacto, cabal (Ar) - En las peleas de gallos, cantidad de dinero con que se juega un gallo (PR) - Corte de carne de vacuno con poco o nada de grasa, de los cuartos delanteros o traseros del animal (Ch).
Raviol: Paquete pequeño de papel que contiene cocaína para su venta al por menor (Bo, Ar, Ur).
Tambo: Establecimiento ganadero destinado al ordeño de vacas y a la venta de leche (Py, Ar, Ur).
- Cárcel (Mx, Gu, Ho, Ni) . - Persona obesa (Ho) - Piso de madera (Ni) .
Torta: Pastel grande de bizcocho o de alguna otra masa homogénea, relleno de frutas, crema, o alguna otra confitura (Ni, Pa, Co, Ve, Ec, Pe, Bo, Ch, Py, Ar, Ur).
- Pan blanco partido longitudinalmente, que se rellena con diversos alimentos (Mx) - Explosivo de forma chata y cilíndrica (Ch).
Villa: Villa miseria (Py, Ar, Ur).
- Barrio alejado del centro de la ciudad (Bo) - “Villa cariño”: Lugar oscuro y poco frecuentado, generalmente en las afueras de la ciudad, adonde acuden parejas para mantener relaciones amorosas.
Turro: Producto alimentario, de sabor desagradable por haber sido adulterado (Ec) - Persona, que actúa con maldad (Ar, Ur) .
Zunga: Mujer sexualmente desinhibida (Co) - Calzoncillo o traje de baño masculino, ceñido y sin perneras (Ch) .
Ar: Argentina - Bo: Bolivia - Ch: Chile - Co: Colombia - Cu: Cuba - Ec: Ecuador - ES: España - EU: Estados Unidos- Gu: Guatemala -Ho: Honduras - Mx: México - Ni: Nicaragua - Pa: Panamá - Pe: Perú - PR: Puerto Rico - Py: Paraguay - RD: República Dominicana - Ur: Uruguay - Ve: Venezuela

MEDIOS Y COMUNICACION

Cuando El Chocón reemplazó a los marcianos

Ricardo Haye relata una experiencia académica realizada por estudiantes de Comunicación en la emisora universitaria Antena Libre, en Gral. Roca, y utiliza el ejemplo para sacar conclusiones sobre el rol de la comunicación en situaciones de riesgo.

Final del formulario

http://www.pagina12.com.ar/commons/imgs/go-gris.gif Por Ricardo Haye *

Desde Gral. Roca, Río Negro

En la noche del 30 de octubre de 1938, una transmisión radiofónica sumió en el pánico a los Estados Unidos. Dirigiendo la puesta en el aire estaba el joven realizador Orson Welles, que había adaptado con un claro estilo periodístico la novela de H. G. Wells La guerra de los mundos.

A 75 años de un episodio sobre el que habrían de correr ríos de tinta, una experiencia académica de estudiantes de Comunicación Social en la ciudad rionegrina de General Roca, transmitida por la emisora universitaria Antena Libre FM, volvió a generar conmoción.

Una de las grandes diferencias es que en este caso la situación detonante no era una improbable invasión marciana, sino una circunstancia mucho más terrenal, posible y cercana: la trama contaba que un sismo ocurrido en Chile había agrietado la represa de El Chocón y que en cuestión de horas todos los poblados ubicados aguas abajo de esa construcción quedarían inundados.

La otra distinción es que actualmente las redes sociales pueden viralizar una noticia (aun si es falsa) con mayor velocidad, llegando incluso a donde la señal radiofónica no es recibida.

Los primeros datos señalan que tanto Bomberos como Defensa Civil recibieron numerosos llamados solicitando información y, también, trasuntando miedo.

Como en el caso original, la emisión fue precedida del aviso de que lo que ocurriría a continuación era una construcción ficcional y otro tanto se anunció, enfáticamente, al final de la representación.

Las advertencias no alcanzaron, sin embargo, pues ya se sabe que en radio uno no percibe de inmediato toda la obra (como ocurre, por ejemplo, con una pintura o una fotografía), sino que debe invertir tiempo en su recepción. Y –también se sabe–, el tiempo es veleidoso y nuestra atención inconstante. Basta con que alguien se integre al circuito de transmisión dos minutos después del comienzo para que se pierda la información tranquilizadora e ingrese al terreno del espanto.

La experiencia vivida deja lugar a varias reflexiones y algunos aprendizajes.

En primer lugar, hay que destacar que la profusión de detalles precisos que se enunciaron revistió a la transmisión de una consistencia y una verosimilitud como la que, desde Aristóteles, se les exige a las obras de ficción.

Asimismo, hay que ponderar el altísimo impacto que, aún hoy, es capaz de provocar la radio, a la que con cierto desdén se acostumbra a considerar la Cenicienta del ecosistema mediático.

Por otra parte, la situación sirvió para poner de manifiesto el alto grado de desconocimiento de la población en general ante situaciones de riesgo como la que se hipotetizaba. Muchos de los ciudadanos conmocionados por la escucha reconocieron que no sabían hacia dónde tendrían que dirigirse en un caso de esta naturaleza y qué recaudos debían tomar.

Los organismos de defensa ciudadana aseguran que la experiencia les sirvió para comprobar que sus mecanismos de comunicación internos y con Chile se encuentran aceitados.

Por último, pero sin ser lo menos importante, el acontecimiento precipitó un debate intenso entre los propios estudiantes acerca del compromiso ético, estético y deontológico entre los profesionales de la Comunicación Social y su trabajo. Lo que sigue es parte del “diálogo” entablado en las redes:

“Hoy una noticia se ramifica en cuestión de segundos. No tienen idea del caos que pudieron ocasionar”/“Estoy de acuerdo con que esto sea polémico, pero la información es comprobable en más de 10 medios en menos de un minuto. Por esa razón me parece que no se juega con nadie, ni se da ‘información falsa’”/ “No estamos en 1938, en cuestión de segundos chequeás la noticia, y sabés dónde estás parado”/“(Existen) por lo menos 20 o 30 recursos para chequear la noticia y transmitir tranquilidad”/“¿Y vos te creés que todo el mundo tiene acceso a esos recursos?”/“Está buenísimo lo que pasó para pensar sobre el poder que tenemos como comunicadores y también para cuestionarnos como audiencia por qué nos creemos todo lo que escuchamos sin ponerlo en contexto”/“Es una buena ocasión para debatir el poder que tienen los medios y el rol que adopta la audiencia ante una audición”/“Nosotros hicimos ficción sobre algo de lo cual sólo corren rumores, pero si realmente pasara, no hay información preventiva dando vuelta. Lo que recreamos fue un presunto estado de conmoción para crear conciencia y poner sobre la mesa de trabajo ciertos temas que nos incumben en la región”/“Debo confesar que, por colgada, me la creí... ya estaba a punto de buscar más info en otros medios online, cuando dijeron muy seriamente que era solo una simulación”/“Lamento que nos hayan creído, pero que lo hayan hecho demuestra que nos salió bien. Gracias y disculpen”.

El episodio se dio por concluido con una visita a las aulas del director municipal de Defensa Civil, quien conversó amablemente con los estudiantes que protagonizaron la transmisión. Las explicaciones fueron convincentes y entre los resultados positivos de la experiencia cabe anotar la puesta en contacto que se ha dado entre las partes, a fin de aunar esfuerzos en pos de una mejor comunicación para afrontar posibles situaciones de emergencia.

* Docente e investigador de la Universidad Nacional del Comahue.

MEDIOS Y COMUNICACION

De cara al Riachuelo

A partir de una serie de talleres realizados con medios comunitarios, Antolín Magallanes y Lorena Suárez proponen el debate acerca de nuevas formas de informar.

Final del formulario

http://www.pagina12.com.ar/commons/imgs/go-gris.gif Por Antolín Magallanes * y Lorena Suárez **

El Riachuelo fue recientemente objeto de estudio, discusión y propuestas por parte de más de cien participantes en las tres ediciones con las que contó el seminario-taller “De cara al Riachuelo”, que organizaron Acumar, Afsca y Farco, con la intención de generar nuevas miradas desde la comunicación comunitaria de un tema que preocupa a los organizadores: la falta de espacios donde difundir las obras de recuperación de la cuenca, la deformación en la información que transmiten los medios monopólicos, la falta de creatividad en comunicar los avances en el plan de saneamiento.

La historia del Riachuelo y su contaminación, los avances en el Plan Integral de Saneamiento Ambiental y los aportes de los medios comunitarios en el marco de la nueva Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual fueron los temas abordados y discutidos desde la óptica más teórica que tuvieron los encuentros.

Desde una modalidad de taller, y para pensar nuevas miradas y formas de informar, la periodista Gabriela Vizental, columnista de medio ambiente del programa radial La mañana que conduce Víctor Hugo Morales por Radio Continental, brindó herramientas prácticas para abordar las noticias del Riachuelo desde la óptica del periodismo ambiental: buscar fuentes de información nuevas, comunicar sin caer en la denuncia y generar nuevas formas de participación para revalorizar la cuenca como una oportunidad.

Y en la última jornada, Farco propuso reflexionar sobre el rol de los medios comunitarios y el posterior armado en grupos para trabajar cuestiones vinculadas con nuevas formas de titular, abordar los temas sociales como la salud y las relocalizaciones con la participación de los involucrados y dar visibilidad a la biodiversidad que empieza a aparecer.

En las conclusiones, y para seguir trabajando, surgió fuertemente la necesidad de incorporar la voz del vecino de manera directa, sin mediaciones: los relatos positivos, las anécdotas de los tiempos en que el Riachuelo se utilizaba para pescar, para nadar, para remar, y las propuestas de nuevos usos posibles. Del mismo modo se hizo hincapié en la necesidad de disminuir la denuncia. Y se reflexionó al respecto. Si bien la denuncia ha logrado varias cosas positivas en torno del Riachuelo –entre ellas, que la Corte Suprema de la Nación dictara la histórica sentencia, conocida como “Causa Mendoza”–, fueron varios los que coincidieron en que estamos ante un nuevo momento en la historia del Riachuelo, una etapa en la que lo propositivo podría empezar a tener también un lugar desde las organizaciones sociales. Y la conclusión se tornó en desafío.

La necesidad de apropiarse del Riachuelo, las ganas de participar, las propuestas, los cambios que empiezan a asomarse, y entonces la esperanza, el “se puede”, fueron parte de estos encuentros que tuvieron como protagonistas a los medios locales, barriales, comunitarios, que tienen ahora el desafío de generar nuevas miradas sobre un cauce de agua que empieza a revivir y con él su identidad.

El seminario-taller, que se realizó en línea con la necesidad de los organizadores de generar mayor participación y ampliar miradas e imaginarios positivos, planteó la esperanza no sólo de poder contar con aliados estratégicos locales, sino también, y sobre todo, con las ganas de no volver a leer nunca más el titular trillado, fácil, manoseado, de que “Algo huele mal en el Riachuelo”, y empezar a mirarlo de frente, de cara al Riachuelo.

* Lic. en Trabajo Social (UBA). Vicepresidente ejecutivo de Acumar.

** Lic. en Ciencias de la Comunicación (UBA). Responsable de la estrategia comunicacional de Acumar.

martes, 29 de octubre de 2013



Ley de medios: sería inminente el fallo de la Corte

Política
El caso sobre la ley de medios está en tiempo de descuento: mientras en las últimas horas el Gobierno volvió a formular a la Corte Suprema un fuerte -aunque disimulado- reclamo para que, hoy mismo, declare la validez de la controvertida norma, Elisa Carrió alertó a la Organización de los Estados Americanos (OEA) sobre esas gestiones, que la diputada calificó de "graves".
En efecto, Carrió, que acaba de ser reelegida diputada por el frente UNEN, el 17 de octubre pasado le envió una nota al secretario general de la OEA, José Miguel Insulza, en la que hizo alusión a las reuniones que habrían mantenido la presidenta Cristina Kirchner y el secretario legal y técnico, Carlos Zannini, con distintos jueces del alto tribunal para pedirles a los ministros que apuren esa sentencia.
En la nota, Carrió aclaró que la enviaba "en el marco de la Carta Democrática Interamericana", para completar otro comunicado anterior en el que había solicitado "asistencia para el fortalecimiento y la preservación de la institucionalidad democrática".
Además, Carrió les envió otras dos notas al presidente de la Corte, Ricardo Lorenzetti, y a la jueza Elena Highton de Nolasco para solicitarles información sobre la veracidad de aquellas gestiones de Zannini con los ministros supremos.
La diputada recuerda que, durante las últimas semanas, distintos medios de comunicación -incluso los más afines al Gobierno- dieron cuenta de varias reuniones reservadas entre Highton, Lorenzetti y Zannini, un funcionario de estrecha confianza de la Presidenta que habría abogado abiertamente en favor de un fallo que declare la constitucionalidad de los cuatro artículos de la ley 26.522.
La causa sobre la ley de medios se inició con una demanda del Grupo Clarín en 2009.
Los artículos que cuestiona la empresa restringen la acumulación de licencias de aire y de cable, desconocen los derechos adquiridos y obligan al Grupo Clarín a desprenderse inmediatamente de sus licencias, antes del vencimiento del plazo para las que fueron otorgadas.
El juez Horacio Alfonso dictaminó que los cuatro artículos impugnados por el Grupo Clarín son válidos, pero la Cámara Federal Civil y Comercial decidió que dos de esas normas son inconstitucionales. Ahora, el Gobierno tiene cifradas todas sus expectativas en la Corte.
El Gobierno sueña con un fallo que declare la validez de toda la norma, porque le permitiría ganar en una de las más importantes batallas de la gestión kirchnerista: desguazar el Grupo Clarín.
Mediante sendas cartas a Lorenzetti y a Highton, que llevan fecha del 18 de octubre, Carrió, invocando su carácter de integrante de la Comisión de Juicio Político de la Cámara baja, pidió que le "informen sobre la veracidad" de dichas reuniones, "por la gravedad que implican".
La diputada descuenta que su carta no será respondida, pero parece interesada en entreabrir a los jueces una puerta de escape a esas presiones.

Gestiones

Desde fines del año pasado, las gestiones del Gobierno sobre la Corte fueron cada vez más frecuentes. Y, en las últimas horas, Zannini se habría vuelto a comunicar con varios de los jueces para pedirles que hoy mismo, apenas 48 horas después de la mayor derrota electoral del Gobierno, el máximo tribunal dicte una sentencia que, en alguna medida, legitime una de las leyes más cuestionadas del kirchnerismo.
La tensión que existe en la Corte es palpable y crece día a día, a tal punto que ayer, apenas conocidos los resultados electorales y sin que exista ningún motivo para tal apuro, varios de los jueces del tribunal -sobre todo los más allegados al Gobierno- trataban de ajustar los detalles de los borradores del fallo.
A esta altura, nada es seguro. Los jueces guardan el secreto de su decisión con un recelo inusual.
Tampoco está claro por qué la Corte debería dictar el fallo esta semana en lugar de hacerlo dentro de dos o tres semanas.
El Ejecutivo especula que un fallo favorable podría devolverle al relato político un aire que el resultado de las elecciones de anteayer le sacó. Y, además, sabe que la Corte no se animaría a darle una mala noticia a la Presidenta mientras está ausente de la vida política luego de su operación.
Pero la premura del Gobierno también tiene otro nombre: los realineamientos. Posiblemente el tribunal tema que la Corte busque amparo en los nuevos líderes y comience a desoír, sin tapujos, las necesidades del kirchnerismo.
De todas formas, en la Casa Rosada saben que la sentencia podría tener un alto costo político para la imagen de la Corte. Por eso, el Ejecutivo estaría dispuesto a tolerar que el tribunal dicte un fallo adverso al Gobierno en cualquier otro tema secundario, para que la Corte pueda mantener en pie su imagen de independencia..

¿Te acordás de los spots de las elecciones del 83?

¿Te acordás de los spots de las elecciones del 83?

Política
LA NACION recopiló algunos avisos de aquellos días para revivir el regreso de la democracia en la Argentina
A pocas horas de que se cumplan 30 años de democracia en la Argentina, LA NACION te invita a participar de una experiencia en tiempo real para trasladarte a aquellos días emocionantes de 1983.
Repasar los spots de los candidatos que competían en esos comicios históricos es una manera de viajar al clima preelectoral de hace 30 años atrás, marcado por el entusiasmo que generaba la restauración democrática.

SPOT AHORA ALFONSIN

SPOT AHORA ALFONSIN (II)

SPOT HERMINIO IGLESIAS


SPOT LUDER

SPOT FIP


Seguí la cuenta de Twitter @LNvoto83 para vivir, como si fuera en tiempo real, todo lo que sucedía en aquel momento del país. Todos los tuits están publicados bajo el hashtag #Voto83..

lunes, 28 de octubre de 2013

COMO FUE LA COBERTURA MEDIATICA DE LAS ELECCIONES LEGISLATIVAS

La consagración del telemarketing

Todos los canales, excepto la TV Pública, pasaron por alto la veda electoral que señalaba que no podían difundirse encuestas o proyecciones hasta las 21. Durante el día, el cruce de declaraciones políticas se vivió con una intensidad hasta ahora poco común.
 

 Por Emanuel Respighi
La lucha discursiva acaparó, como nunca antes, las coberturas televisivas apenas finalizaron los comicios. En la era de la “telepolítica”, donde la discursividad tiene mayor penetración que los resultados mismos, el cruce de declaraciones se vivió con una rapidez y una intensidad hasta ahora poco explorada en los 30 años de democracia. El primero en abrir el diálogo ficticio fue Claudio Ambrosini, del Frente Renovador, que –apurado– a las 18.03 salió a decir que estaban “el doble de contentos” que en las PASO. Casi al mismo tiempo, Horacio Rodríguez Larreta salió al ruedo con su habitual sonrisa, felicitando al PRO. Ambas fuerzas intentaron, desde las pantallas, constituirse como la principal fuerza opositora al Frente para la Victoria. Desde el oficialismo, Juliana Di Tullio y Agustín Rossi salieron al cruce del slogan “fin de ciclo” que desde la oposición se quiso instalar, defendiendo al FpV como la fuerza “más votada a nivel nacional”. El marketing político se hizo carne en el Frente Renovador, que siguió una planificada y precisa estrategia mediática: cada 20 minutos habló un dirigente del partido, según un orden establecido. Una decisión que le dio visibilidad a la fuerza, pero que expuso a los ojos de millones de televidentes a algunas figuras políticas, como Felipe Solá, Juan José Alvarez o Héctor Daer, que no parecen ser la renovación declamada.
La cobertura televisiva de las elecciones legislativas no varió respecto de las PASO. El reloj en cuenta regresiva hacia las 18 (herencia de la serie 24) marcó el preludio de lo sabido: todos los canales –excepto la TV Pública– pasaron por alto la veda electoral que señala que no pueden difundirse encuestas o proyecciones hasta las 21. Algunos, como América, fueron contundentes: “Ganó Massa”. Otros, como El Trece, utilizaron el potencial: “Ganaría Massa”. En ambos canales, inclusive, se coincidía en que “habría 10 puntos de distancia” entre Sergio Massa y Martín Insaurralde. Telefe, por su parte, eligió la conjugación verbal en presente: “Massa amplía su ventaja”. Con el correr de los minutos, el manejo de números se volvió moneda corriente. La pregunta cae de madura: ¿para qué existe la veda electoral si la mayoría de los canales de TV la infringe con diversos artilugios? ¿O, acaso, dar porcentajes de diferencia entre candidatos, señalar ganadores y perdedores, y hablar de “proyecciones” a las 18 y un segundo, no es difundir el resultado de algún tipo de encuesta? La cobertura ética fue –como en las PASO– la de Canal 7, que además de no violar la ley estrenó un nuevo recurso tecnológico de “realidad aumentada” (infografía que se desplegaba en pantalla), que dinamizó su cobertura federal.
Durante las tres horas que separaron el cierre de los comicios y la difusión de datos oficiales, el marketing político manejó a piacere las coberturas. Desde ese punto de vista, los canales de TV abierta y las señales informativas funcionaron como rehenes del telemarketing, que a la vista de las elecciones de ayer fue el gran ganador de las elecciones. La precisión del FR de salir a hablar cada 20 minutos tuvo, además, la clara intención de posicionar a sus dirigentes: Darío Giustozzi, que habló dos veces, pareció terminar mostrando los hilos de una estrategia que ya mira al 2015. Lo mismo ocurrió en el PRO, con Rodríguez Larreta y Diego Santilli como principales voceros. Una disputa de posicionamiento mediático que llevó a que la espera de los resultados oficiales, esta vez, haya estado amenizada por un inusual fuego discursivo cruzado. De cualquier manera, la sensación fue que la pasión pasteurizada impuesta por los jefes de campañas terminó digitando el interés periodístico.
Claro que las palabras no sólo fueron potestad de los dirigentes. Los canales también tuvieron sus propias voces, que se las ingeniaron para plantear hipótesis. Algunos analistas se escudaban en el potencial como manera de realizar análisis y ser prudentes. Tales los casos de Reynaldo Sietecase en Telefe y de Gustavo Sylvestre en América, quienes esbozaron diferentes análisis con el cuidado que la veda electoral y las “proyecciones” proponen. Lo mismo sucedió en Canal 7 con Luis Bruschtein y Raúl Dellatorre, quienes se mantenían equilibrados en sus análisis a la espera de los resultados oficiales. Muy por el contrario, en El Trece –en dúplex con TN– bastaron apenas algunos minutos para que sus principales columnistas emitieran análisis más contundentes, bajo el zócalo “El protagonismo de la oposición”. “Los interrogantes pasan sobre cómo se sigue gestionando el país en ausencia de Cristina Fernández de Kirchner, porque lo que se ha visto hasta ahora es muy pobre. El segundo interrogante es cuándo se repondrá la Presidente y cómo hará para hacerse cargo de la derrota y de la transición presidencial”, se apresuró a decir Eduardo Van Der Kooy. En el mismo living, Joaquín Morales Solá, por su parte, aconsejó al FpV respecto de si en 2015 el candidato debería ser Urribarri o Scioli. “Si hay un poco de sentido común, deberían optar por Scioli, que tiene cierta simpatía con sectores menemistas”, señaló. Pasadas las 22, la línea de análisis se profundizó: Jorge Lanata volvió a poner en duda la continuidad en el cargo de Cristina Fernández de Kirchner (“Tengo información de que sus hijos le pidieron que no siga”, dijo).
La conferencia de prensa de Florencio Randazzo, ministro del Interior, a las 21.04, puso información allí donde antes había deseos o encuestas camufladas. Como si fuera el comienzo del segundo tiempo poscomicios, nuevamente el partido discursivo se puso en marcha. El PRO fue el que dio el puntapié inicial: Gabriela Michetti y Mauricio Macri hicieron su aparición en el escenario de Costa Salguero antes de que Randazzo terminara de hablar. La puesta en escena estuvo calibrada: recién cuando el ministro finalizó, el grupo de jóvenes ubicados en el escenario, que hasta ese momento tenían puestas remeras multicolores, se las sacaron para mostrar otra amarilla con la insignia “Macri 2015” en negro. En el medio de un discurso en el que Macri se lanzó como candidato a presidente, Daniel Scioli salió a hablar y a quitarle cámara al jefe de Gobierno porteño. Lo logró durante unos minutos: justo hasta que los papelitos multicolores, la música y el baile tiñeron de fiesta la sede del PRO. Y las pantallas de los canales, claro.
La cobertura televisiva en cadena llevó a que no sólo Macri aprovechase la ocasión para lanzar su candidatura presidencial. Julio Cobos, por la UCR, también salió inmediatamente a celebrar su victoria en Mendoza, en busca de mostrarse como figura principal. Al rato, Jorge Capitanich, del FpV, hizo lo propio empujado por los votos obtenidos en Chaco. Como si fuera una vidriera que nadie quería desperdiciar, Hermes Binner no quiso ser menos desde Santa Fe. En todos los casos, los discursos tuvieron una fuerte impronta nacional. Nada estuvo librado al azar.
A lo largo de la jornada, las elecciones legislativas acapararon la atención de todas las señales informativas, por sobre cualquier otro tipo de noticia. Desde temprano, las señales de noticias mostraron el voto de los diferentes referentes de cada partido, con móviles que fueron acompañados por información referida a la jornada electoral. La nota distintiva de la jornada la dio C5N, que sin perder el compromiso con la democracia intentó darle glamour con un móvil en vivo desde la Rural, a cargo de Robertito Funes. Allí, el cronista dedicado a la moda y el jet-set argentino se preocupó por la ropa con la que los votantes se acercaban a sufragar. Así, tuvo expresiones del tipo “Mirá éste, parece una foto de la campaña de Calvin Klein”, o “La señora vino con su cartera Louis Vuitton”, y otras expresiones surrealistas para una jornada electoral. El canal, además, les dio cobertura exclusiva a sus “artistas”: bajo el graph de “El voto de los Buenos Muchachos”, Guillermo Cóppola y el Bambino Veira tuvieron cobertura en directo, con más humor que interés político. La espectacularización de la política tuvo, en estas elecciones de medio término, un capítulo en el que los que brillaron fueron los que están, agazapados, detrás de cámara.

domingo, 27 de octubre de 2013

Ya es realidad el final de la tevé tal como se la conoce


El reciente Mipcom reflejó cierta miopía de la industria televisiva, que sigue pensando la TV de aire como centro del entretenimiento, cuando los consumos demuestran que las plataformas digitales marcan el pulso para las nuevas generaciones.

 Por Emanuel Respighi

La nena, de no más de cuatro años, se acerca al televisor y toca la pantalla con su dedo índice. Lo hace una vez y mira. Nada. Luego repite la acción una y otra vez. Cada nuevo contacto, se percibe desde unos metros, parece llevar más presión. Al cabo de un tiempo de observarla, se cae en la cuenta de que la niña no es víctima de la magia de la televisión: ella no quiere agarrar a ninguno de los personajes que la pantalla reproduce. “Quiero ver otra cosa”, dice, enojada, con la ingenuidad de su edad, pero con la experiencia de haber nacido en los tiempos de las pantallas táctiles conectadas a Internet. La situación ocurrió aquí, en la Argentina, pero podría repetirse (seguramente habrá pasado, pasa en este mismo momento y pasará durante los próximos años) con cualquier otro niño o niña con menos de 10 años en cualquier otra parte del mundo. La tecnología modificó la manera en la que se accede a los bie-nes culturales, echando por tierra viejas tradiciones. Y la televisión, parece, es el medio que más está evidenciando las consecuencias del mundo digital. No por casualidad el futuro de la pantalla chica se discutió, y mucho, en el reciente Mipcom, el mercado de contenidos audiovisuales que hace unos días reunió en Cannes a los principales ejecutivos televisivos.
El diagnóstico es compartido: la tevé tal cual se la conoció en las últimas seis décadas está llegando a su fin. Independientemente de sus procedencias, quienes están detrás de la pantalla chica saben que el modelo tradicional ya no es funcional a los actuales consumos audiovisuales, donde ver lo que se quiera, cuando se quiera y donde se quiera se transformó en una máxima irrenunciable. Para cierto sector etario, la TV everywhere es una novedad que hipnotiza, una auténtica revolución. Para otros, los más pequeños, se trata de la única manera de entender y ejercer el derecho a acceder a programas de tevé, películas, videos o series. ¿Por qué seguir los caprichos comerciales de un programador o de una corporación para ver un contenido si uno puede verlo cuando, donde y por el soporte que desee?
“La nueva edad de oro de la televisión.” El eslogan que signó la reciente edición de Mipcom no deja de ser una verdad, pero a medias. Al analizar la última década y media, nadie puede desconocer la enorme calidad artística y narrativa que alcanzaron los contenidos televisivos. En materia de ficción, incluso, grandes actores de teatro y cine de todo el mundo no sólo se volcaron a trabajar para la pantalla chica, sino que han admitido la innovación de sus propuestas. El opaco momento de la industria cinematográfica en Hollywood, cada vez más limitada a un negocio que no sale de los superhéroes, los vampiros y las sagas para adolescentes, ayudó a que las propuestas más creativas del mundo audiovisual surgieran y se desarrollaran en la tevé, preferentemente –aunque no exclusivamente– en el cable norteamericano.

No es la tevé, estúpido

El problema del eslogan de la feria audiovisual más importante del mundo es, justamente, seguir llamando “televisión” a esos contenidos. En una era en la que las audiencias de tevé caen estrepitosamente y en donde buena parte de las series son vistas por medio de soportes digitales, hablar de “televisión” es no comprender un futuro que ya es realidad. O hacer ejercicio de la negación. En una de las conferencias, Gary Carter, de la productora Shine, planteó la problemática que impone el mundo hiperconectado. “Cuando ahora nos referimos a ‘televisión’ en la industria, ya no queda claro si se está hablando de los programas o del aparato eléctrico ubicado en el living. Estamos empezando a hablar más a menudo sobre `contenido’ que de ‘televisión’”, subrayó el ejecutivo, encargado de desarrollar el negocio 360º para la empresa británica.
El diagnóstico de Carter fue el de muchos ejecutivos. Roma Khanna, CEO del departamento de MGM en Nuevos Medios, también fue contundente respecto de la revolución que el mundo digital plantea en el negocio de tevé. “Lo interesante de la evolución de los modelos actuales de negocio –señaló en Cannes– se percibe en las ventanas. En el pasado, el circuito de emisión era estanco y lineal: una película se veía primero en el cine, luego pasaba al VHS o DVD, después tenía emisión en tevé paga y recién entonces tenía ventana en tevé abierta. Lo que está sucediendo ahora es que el circuito audiovisual está completamente fragmentado, es un caleidoscopio de ventanas. Ahora las ‘bolas’ son lanzadas en el aire, y cada cual las puede tomar como se le dé la gana en ese momento.”
De la misma manera que hay coincidencia en el momento de transición que está atravesando la tevé, la sensación que dejaron las distintas conferencias en la principal feria de contenidos y formatos televisivos fue que, sin embargo, los ejecutivos no creen que la televisión abierta esté empezando a “oler feo”. Ya sea como una manera de conservar sus poderosos puestos de trabajo o como consecuencia de haber sido formados con la lógica tradicional, quienes se encargan de desarrollar las “segundas ventanas” continúan pensando la industria con la televisión como centro productivo. En general, las voces que se escucharon piensan las plataformas digitales simplemente como una evolución de la tevé. De hecho, ninguno admitió que a esta altura, para determinado público, la tevé abierta es, en realidad, la “segunda pantalla” de la web en términos de acceso a los contenidos. ¿O quién duda de que para el público sub-40 la tevé abierta ya es, apenas, una opción más de entrenimiento audiovisual? Una opción que, entre Netflix, Hulu, YouTube y otras plataformas de videos, definitivamente tampoco encabeza su orden de prioridades.
La respuesta de la industria televisiva a la revolución que se está produciendo no parece estar a la altura de las consecuencias que el mundo digital plantea en la vida cotidiana. En general, la mayoría de las voces que se escucharon entre los productores y programadores en Mipcom es seguir pensando los contenidos bajo los lineamientos del modelo tradicional, para televisión, anexándole algún tipo de de- sarrollo para que el público interactúe en otras plataformas. Es decir: para ellos, la tevé sigue siendo la materia prima de la que se desprende el resto de los contenidos. Es más: la industria da la sensación de sentirse obligada a hacer pie en las redes porque “es el lugar en el que hay que estar”, más que la puesta en marcha de un plan paulatino de reformulación del negocio. Una mirada conservadora que, a priori, responde más a la lógica de ejecutivos formados en un modelo televisivo que se presenta como vetusto a los ojos de las nuevas generaciones.

Pantalla(s) chica(s)

En el Mipcom, los más de cuatro mil compradores de todo el mundo –que sellaron adquisiciones y ventas de formatos y contenidos de los más diversos orígenes– admitieron interés en encontrar el nuevo modelo de negocio que satisfaga la demanda de las nuevas generaciones, nacidas y criadas bajo el formato de shortfilms. En ese punto, los contenidos de corta duración, abiertos a la interacción y la participación del público, fueron los más solicitados entre los participantes. En efecto, cuando se caminaba entre los pasillos del Palais des Festivals, sorprendía la cantidad de stands destinados al público infantil o adolescente, con proyectos televisivos que incluían su explotación en la web, las redes y otros negocios colaterales, como el teatro y la música. No por casualidad un tercio de los productores y programadores acreditados en la edición de 2013 pertenecían a empresas desarrolladoras o distribuidoras de contenidos digitales. Los organizadores rápidamente recogieron el guante y anunciaron el primer Mip Digital Fronts para abril del año que viene.
Mientras que las empresas de tevé de todo el mundo terminan de hacer el clic necesario para no quedar relegadas ante la revolución audiovisual que ya se está produciendo, en la Argentina la necesidad de encontrar divisas en otros mercados llevó a que ya haya desarrollos interesantes al respecto. Uno de ellos es Aliados, la propuesta de ficción de Cris Morena que se emite una vez por semana por Telefe, al día siguiente por FOX, se cuelgan diariamente en Internet webisodios de ocho minutos y que desarrolló un disco musical y –próximamente– una obra de teatro. Si bien el rating no acompaña la propuesta, ya que promedia menos de 10 puntos en pleno prime time, la ficción debe evaluarse íntegramente, en función del negocio 360 grados (ver aparte). Aliados es, sin dudas, una ficción que da los primeros pasos de cara a proyectar el contenido del futuro. Una plataforma 360º que trasciende a poner en pantalla las menciones en Twitter que alcanza un programa o a la posibilidad de ver el contenido online, esos maquillajes con los que algunos programas creen dar cuenta de los nuevos hábitos.
“La multiplataforma ya está en nuestra cabeza”, afirma en diálogo con Página/12 Tomás Yankelevich, desde la reformulación de su cargo como director de contenido global de Telefe. “Lo hacemos desde nuestra web, pero también desde el canal propio de YouTube o con la gente de Google, Netflix o el On Demand de Cablevisión. El problema es que es muy difícil convencer a los anunciantes de que se vuelquen a otra plataforma. Con resultados los convencés, pero para generarlos hay que invertir mucho dinero”. El joven director cree que la fusión de la tevé y los nuevos medios debe hacerse cuanto antes. “En Telefe tomamos la decisión de que todos nuestros productos televisivos, de ahora en más, deben tener una pata en la web y otra en una segunda pantalla, como celulares, con contenido exclusivo. Incluso, modificamos nuestro circuito de producción: ahora la gente que produce el programa de tevé se encarga también de producir el producto web. Antes, esas dos áreas estaban separadas y chocaban, porque el productor de tevé era el importante y el de la web se sentía el hermanito menor. La fusión ayuda a fogonear a las nuevas plataformas”, señala Yankelevich.
Si bien las miradas apocalípticas referidas a los medios de comunicación nunca fueron muy certeras –la radio no murió con la irrupción de la TV ni el cine tuvo un final trágico con el VHS–, lo cierto es que el mundo digital posee una característica que vuelve única esta revolución: el contenido de la radio, el de la tevé y el del cine se puede ver a través de Internet. En la era digital, cualquier cosa –todo– cabe en la web. Será cuestión de que la tevé abierta entienda que debe hacer borrón y cuenta nueva para poder subsistir en la era del consumo fragmentado. Y no convertirse únicamente en la financista para los próximos años de una industria que ya no piensa en una familia sentada en el sillón del living frente a un aparato de TV.

Ya es realidad el final de la tevé tal como se la conoce


El reciente Mipcom reflejó cierta miopía de la industria televisiva, que sigue pensando la TV de aire como centro del entretenimiento, cuando los consumos demuestran que las plataformas digitales marcan el pulso para las nuevas generaciones.

 Por Emanuel Respighi

La nena, de no más de cuatro años, se acerca al televisor y toca la pantalla con su dedo índice. Lo hace una vez y mira. Nada. Luego repite la acción una y otra vez. Cada nuevo contacto, se percibe desde unos metros, parece llevar más presión. Al cabo de un tiempo de observarla, se cae en la cuenta de que la niña no es víctima de la magia de la televisión: ella no quiere agarrar a ninguno de los personajes que la pantalla reproduce. “Quiero ver otra cosa”, dice, enojada, con la ingenuidad de su edad, pero con la experiencia de haber nacido en los tiempos de las pantallas táctiles conectadas a Internet. La situación ocurrió aquí, en la Argentina, pero podría repetirse (seguramente habrá pasado, pasa en este mismo momento y pasará durante los próximos años) con cualquier otro niño o niña con menos de 10 años en cualquier otra parte del mundo. La tecnología modificó la manera en la que se accede a los bie-nes culturales, echando por tierra viejas tradiciones. Y la televisión, parece, es el medio que más está evidenciando las consecuencias del mundo digital. No por casualidad el futuro de la pantalla chica se discutió, y mucho, en el reciente Mipcom, el mercado de contenidos audiovisuales que hace unos días reunió en Cannes a los principales ejecutivos televisivos.
El diagnóstico es compartido: la tevé tal cual se la conoció en las últimas seis décadas está llegando a su fin. Independientemente de sus procedencias, quienes están detrás de la pantalla chica saben que el modelo tradicional ya no es funcional a los actuales consumos audiovisuales, donde ver lo que se quiera, cuando se quiera y donde se quiera se transformó en una máxima irrenunciable. Para cierto sector etario, la TV everywhere es una novedad que hipnotiza, una auténtica revolución. Para otros, los más pequeños, se trata de la única manera de entender y ejercer el derecho a acceder a programas de tevé, películas, videos o series. ¿Por qué seguir los caprichos comerciales de un programador o de una corporación para ver un contenido si uno puede verlo cuando, donde y por el soporte que desee?
“La nueva edad de oro de la televisión.” El eslogan que signó la reciente edición de Mipcom no deja de ser una verdad, pero a medias. Al analizar la última década y media, nadie puede desconocer la enorme calidad artística y narrativa que alcanzaron los contenidos televisivos. En materia de ficción, incluso, grandes actores de teatro y cine de todo el mundo no sólo se volcaron a trabajar para la pantalla chica, sino que han admitido la innovación de sus propuestas. El opaco momento de la industria cinematográfica en Hollywood, cada vez más limitada a un negocio que no sale de los superhéroes, los vampiros y las sagas para adolescentes, ayudó a que las propuestas más creativas del mundo audiovisual surgieran y se desarrollaran en la tevé, preferentemente –aunque no exclusivamente– en el cable norteamericano.

No es la tevé, estúpido

El problema del eslogan de la feria audiovisual más importante del mundo es, justamente, seguir llamando “televisión” a esos contenidos. En una era en la que las audiencias de tevé caen estrepitosamente y en donde buena parte de las series son vistas por medio de soportes digitales, hablar de “televisión” es no comprender un futuro que ya es realidad. O hacer ejercicio de la negación. En una de las conferencias, Gary Carter, de la productora Shine, planteó la problemática que impone el mundo hiperconectado. “Cuando ahora nos referimos a ‘televisión’ en la industria, ya no queda claro si se está hablando de los programas o del aparato eléctrico ubicado en el living. Estamos empezando a hablar más a menudo sobre `contenido’ que de ‘televisión’”, subrayó el ejecutivo, encargado de desarrollar el negocio 360º para la empresa británica.
El diagnóstico de Carter fue el de muchos ejecutivos. Roma Khanna, CEO del departamento de MGM en Nuevos Medios, también fue contundente respecto de la revolución que el mundo digital plantea en el negocio de tevé. “Lo interesante de la evolución de los modelos actuales de negocio –señaló en Cannes– se percibe en las ventanas. En el pasado, el circuito de emisión era estanco y lineal: una película se veía primero en el cine, luego pasaba al VHS o DVD, después tenía emisión en tevé paga y recién entonces tenía ventana en tevé abierta. Lo que está sucediendo ahora es que el circuito audiovisual está completamente fragmentado, es un caleidoscopio de ventanas. Ahora las ‘bolas’ son lanzadas en el aire, y cada cual las puede tomar como se le dé la gana en ese momento.”
De la misma manera que hay coincidencia en el momento de transición que está atravesando la tevé, la sensación que dejaron las distintas conferencias en la principal feria de contenidos y formatos televisivos fue que, sin embargo, los ejecutivos no creen que la televisión abierta esté empezando a “oler feo”. Ya sea como una manera de conservar sus poderosos puestos de trabajo o como consecuencia de haber sido formados con la lógica tradicional, quienes se encargan de desarrollar las “segundas ventanas” continúan pensando la industria con la televisión como centro productivo. En general, las voces que se escucharon piensan las plataformas digitales simplemente como una evolución de la tevé. De hecho, ninguno admitió que a esta altura, para determinado público, la tevé abierta es, en realidad, la “segunda pantalla” de la web en términos de acceso a los contenidos. ¿O quién duda de que para el público sub-40 la tevé abierta ya es, apenas, una opción más de entrenimiento audiovisual? Una opción que, entre Netflix, Hulu, YouTube y otras plataformas de videos, definitivamente tampoco encabeza su orden de prioridades.
La respuesta de la industria televisiva a la revolución que se está produciendo no parece estar a la altura de las consecuencias que el mundo digital plantea en la vida cotidiana. En general, la mayoría de las voces que se escucharon entre los productores y programadores en Mipcom es seguir pensando los contenidos bajo los lineamientos del modelo tradicional, para televisión, anexándole algún tipo de de- sarrollo para que el público interactúe en otras plataformas. Es decir: para ellos, la tevé sigue siendo la materia prima de la que se desprende el resto de los contenidos. Es más: la industria da la sensación de sentirse obligada a hacer pie en las redes porque “es el lugar en el que hay que estar”, más que la puesta en marcha de un plan paulatino de reformulación del negocio. Una mirada conservadora que, a priori, responde más a la lógica de ejecutivos formados en un modelo televisivo que se presenta como vetusto a los ojos de las nuevas generaciones.

Pantalla(s) chica(s)

En el Mipcom, los más de cuatro mil compradores de todo el mundo –que sellaron adquisiciones y ventas de formatos y contenidos de los más diversos orígenes– admitieron interés en encontrar el nuevo modelo de negocio que satisfaga la demanda de las nuevas generaciones, nacidas y criadas bajo el formato de shortfilms. En ese punto, los contenidos de corta duración, abiertos a la interacción y la participación del público, fueron los más solicitados entre los participantes. En efecto, cuando se caminaba entre los pasillos del Palais des Festivals, sorprendía la cantidad de stands destinados al público infantil o adolescente, con proyectos televisivos que incluían su explotación en la web, las redes y otros negocios colaterales, como el teatro y la música. No por casualidad un tercio de los productores y programadores acreditados en la edición de 2013 pertenecían a empresas desarrolladoras o distribuidoras de contenidos digitales. Los organizadores rápidamente recogieron el guante y anunciaron el primer Mip Digital Fronts para abril del año que viene.
Mientras que las empresas de tevé de todo el mundo terminan de hacer el clic necesario para no quedar relegadas ante la revolución audiovisual que ya se está produciendo, en la Argentina la necesidad de encontrar divisas en otros mercados llevó a que ya haya desarrollos interesantes al respecto. Uno de ellos es Aliados, la propuesta de ficción de Cris Morena que se emite una vez por semana por Telefe, al día siguiente por FOX, se cuelgan diariamente en Internet webisodios de ocho minutos y que desarrolló un disco musical y –próximamente– una obra de teatro. Si bien el rating no acompaña la propuesta, ya que promedia menos de 10 puntos en pleno prime time, la ficción debe evaluarse íntegramente, en función del negocio 360 grados (ver aparte). Aliados es, sin dudas, una ficción que da los primeros pasos de cara a proyectar el contenido del futuro. Una plataforma 360º que trasciende a poner en pantalla las menciones en Twitter que alcanza un programa o a la posibilidad de ver el contenido online, esos maquillajes con los que algunos programas creen dar cuenta de los nuevos hábitos.
“La multiplataforma ya está en nuestra cabeza”, afirma en diálogo con Página/12 Tomás Yankelevich, desde la reformulación de su cargo como director de contenido global de Telefe. “Lo hacemos desde nuestra web, pero también desde el canal propio de YouTube o con la gente de Google, Netflix o el On Demand de Cablevisión. El problema es que es muy difícil convencer a los anunciantes de que se vuelquen a otra plataforma. Con resultados los convencés, pero para generarlos hay que invertir mucho dinero”. El joven director cree que la fusión de la tevé y los nuevos medios debe hacerse cuanto antes. “En Telefe tomamos la decisión de que todos nuestros productos televisivos, de ahora en más, deben tener una pata en la web y otra en una segunda pantalla, como celulares, con contenido exclusivo. Incluso, modificamos nuestro circuito de producción: ahora la gente que produce el programa de tevé se encarga también de producir el producto web. Antes, esas dos áreas estaban separadas y chocaban, porque el productor de tevé era el importante y el de la web se sentía el hermanito menor. La fusión ayuda a fogonear a las nuevas plataformas”, señala Yankelevich.
Si bien las miradas apocalípticas referidas a los medios de comunicación nunca fueron muy certeras –la radio no murió con la irrupción de la TV ni el cine tuvo un final trágico con el VHS–, lo cierto es que el mundo digital posee una característica que vuelve única esta revolución: el contenido de la radio, el de la tevé y el del cine se puede ver a través de Internet. En la era digital, cualquier cosa –todo– cabe en la web. Será cuestión de que la tevé abierta entienda que debe hacer borrón y cuenta nueva para poder subsistir en la era del consumo fragmentado. Y no convertirse únicamente en la financista para los próximos años de una industria que ya no piensa en una familia sentada en el sillón del living frente a un aparato de TV.

Voto y me voy: qué idea de democracia llevamos a las urnas

Enfoques
Mayormente desinteresados de la política, escépticos sobre los dirigentes y poco inclinados a la participación cívica, los argentinos valoramos sin embargo la democracia como pocos países de la región, aunque la solemos reducir al ritual del voto. Los riesgos de elegir y desentenderse hasta la próxima campaña
Por   | LA NACION
Voto estratégico, voto bronca, voto con el bolsillo o con el corazón: todas las decisiones que hoy se tomen en las urnas tendrán un elemento en común. Una idea de la democracia, de qué es y para qué sirve que, aunque no sea asunto habitual de discusión de sobremesa ni tema de campaña, explica mucho de lo que sucederá hasta el próximo turno electoral. En pocas palabras, votar creyendo que la democracia es el imperio de la mayoría es bien distinto que hacerlo pensando que la esencia democrática es la división de poderes.
En efecto, en la Argentina solemos reducir la democracia al ritual cívico del voto, recuperado hace esta semana 30 años, y eso tiene consecuencias, como el cheque en blanco que a menudo recibe el mandatario que logra el apoyo de la mayoría, que suele traer adosada la indiferencia de muchos: en general, los argentinos nos declaramos poco interesados en la política, estamos convencidos de que los políticos son corruptos, nos identificamos escasamente con algún partido y participamos con poca frecuencia en actividades comunitarias y movilizaciones.
Y, como si nuestra débil inclinación por el largo plazo se reflejara en las urnas, el mejor predictor del voto argentino sigue siendo la percepción coyuntural de la economía.
En cualquiera de las múltiples mediciones que suelen evaluar la cultura política de la región, Argentina tiene altísimos índices de valoración de la democracia, junto con Uruguay y Venezuela. En la medición de Latinobarómetro de 2011 -la última disponible online-, el 88% de los argentinos afirma que la democracia es el mejor sistema de gobierno, a pesar de sus problemas, un apoyo que se extiende a sus instituciones principales: el 80% afirma que sin Congreso no hay democracia y el 74% que no puede haberla sin partidos políticos (en ambos casos, el país encabeza el ranking de 18 países y supera largamente al promedio de la región).
Sin embargo, otros indicadores matizan esta opinión mayoritaria: según el mismo sondeo, que alcanza a alrededor de 19.000 encuestados regionalmente, sólo el 16% de los argentinos cree que la distribución de la riqueza es justa en el país, y apenas 3 de cada 10 opinan que el país está gobernado para el bien de todo el pueblo. Otra encuesta leída con confianza por los analistas, la del Proyecto de Opinión Pública de América Latina (Lapop), que alcanza 46.000 casos en 26 países, organizada desde la Universidad Vanderbilt, de Estados Unidos, con instituciones pares en cada país, muestra en su edición 2012 que, mientras sólo el 34% de los argentinos cree que los partidos políticos escuchan a la gente, casi el 38% dice que los gobernantes están interesados en lo que opinan los ciudadanos y un alarmante 8 de cada 10 sostienen que los políticos son corruptos.
A pesar de que nuestras sociedades fragmentadas y heterogéneas hacen difícil hablar en plurales muy amplios, los números dibujan una imagen precisa de la democracia, tal como la apunta el informe de Latinobarómetro: "La población quiere ver gobiernos trabajando para las mayorías y no las minorías, por distribuir mejor el ingreso, repartiendo los frutos del progreso. La democracia no está definida para los pueblos como instituciones y normas, sino como resultados". Por eso, el sabor agridulce con que muchos se acercan hoy a votar probablemente responda a que se mezclan avances y retrocesos en la percepción y la memoria de los votantes, según cómo se miren los últimos 30 años.
"A la democracia se la puede mirar desde tres perspectivas. En cuanto a la calidad institucional, aun con altibajos, hoy hay mecanismos de control, un Congreso y voto transparente. En el terreno de las libertades individuales, avanzamos muchísimo y somos un país más tolerante y con avances legislativos importantes. Pero en equidad social nos ha ido mal y existen situaciones de inequidad crecientes", apunta Torcuato Sozio, abogado y director ejecutivo de la Asociación por los Derechos Civiles (ADC).
"El apoyo a la democracia no es un fenómeno sólo de la Argentina, sino de toda América latina. Pero una constante desde hace más de diez años en el país es la insatisfacción con su funcionamiento. La gente espera que la democracia dé de comer, cure y eduque, y no siempre es el caso. Hay un déficit de resultados", describe el politólogo Ignacio Labaqui, profesor en la Universidad Católica Argentina (UCA). "Esto impacta cuando hay una crisis de representación y descontento con la oferta electoral, entonces la gente no va a votar o impugna el voto. No creo que eso pase aquí. Se ven altos niveles de participación, y el voto blanco o nulo no tiene niveles significativos. Hay opciones que están siendo vistas como canales para expresar descontento."

La mayoría no se equivoca

Como lo señalan largamente los análisis de la teoría política, la democracia puede ser un término polisémico. Si por aquí la tenemos por sinónimo de voto, en los países anglosajones más bien quiere decir controles cruzados entre poderes. "Argentina no es diferente a la región en este punto: la democracia percibida como elecciones y el voto como expresión de la voluntad de la mayoría. En Estados Unidos tienen otra mirada: la democracia como división de poderes, los controles entre ellos, la libertad de expresión", apunta María Victoria Murillo, profesora de Ciencia Política en la Universidad de Columbia. Una muestra reciente está en la pulseada entre el Congreso de los Estados Unidos y el presidente Obama, que terminó en un shutdown de 16 días y una crisis financiera y política que sigue abierta.
Murillo señala dos consecuencias de nuestra identificación democracia-voto. "Como la mayoría no se equivoca, por un lado están mucho menos desarrollados los derechos de las minorías vulnerables, cuyo debate es muy reciente en el país. Y cuando se otorgan, como en el matrimonio igualitario, se presentan como que «todos tenemos los mismos derechos», no como que «hay que proteger a las minorías» -describe-. De esa idea deriva también el presidencialismo, con la noción de que el presidente responde directamente a los votantes. El voto es un límite y funciona así, pero el Congreso o la Corte no son vistos de esa manera. La división de poderes o la demanda social por poderes independientes es menor en la Argentina", dice.
Toda nuestra valoración del ritual cívico de votar choca, sin embargo, con algunas paradojas. Según la encuesta de Lapop, el 65,4% se dice poco o nada interesado en la política y sólo el 8,9% declara tener mucho interés en la marcha de los asuntos públicos. "A la opinión pública la política no le interesa mayormente, y no está tan politizada como creemos los politólogos y periodistas. Hay bastante agotamiento sobre estos temas y muchas veces la gente no sabe qué se está votando", apunta Labaqui. Un desconocimiento que otros estudios han extendido incluso a la diferencia entre un diputado y un senador, o al funcionamiento del Congreso.
En la misma línea, para los argentinos democracia no es sinónimo de participación cívica. Según Lapop, sólo el 14,2% de los argentinos afirma participar en actividades comunitarias y, aunque el 63,4% aprueba las "manifestaciones pacíficas", sólo el 8,1% dice participar en ellas. "La protesta en la Argentina está desarticulada, no organizada. Quizá sea una consecuencia de 2001, cuando se pensó la democracia desde lo deliberativo y participativo -una mirada que otros países tienen mucho más desarrollada, como Brasil o Venezuela-, y luego hubo una profunda decepción con eso. Hoy la participación está individualizada", afirma Murillo.

Corto plazo

¿Qué campaña electoral produce y acepta una sociedad que valora las elecciones pero desconfía de candidatos, no les cree, no los quiere escuchar y, como en casi todo el mundo, vota por personas y no por ideas? "La discusión electoral es cada vez más pobre, porque está dominada por los medios, porque no hay tiempo para informarse, porque los publicistas generan mensajes indispensables para el marketing, pero contraproducentes para la democracia -apunta Sergio Berensztein, director de Poliarquía-. La idea de que en una campaña se da un debate de ideas, los candidatos muestran sus proyectos sobre políticas públicas y la gente define su voto sobre eso no funciona. El formato de campaña electoral moderna no lo permite."
La percepción de la situación económica del país sigue siendo un buen predictor del voto argentino. "El voto no es algo enteramente racional, pero sí en buena medida. En 2011 era difícil que el Gobierno perdiera, por un clima de «fiesta económica». Un buen predictor entonces era ir un fin de semana a un shopping. En algunos lugares, este año, un buen predictor va a ser ver la cantidad de locales cerrados", dice Labaqui.
Efectivamente, el voto argentino suele estar más influido por lo que los analistas de opinión pública mencionan como "factores de corto plazo". "Son factores que suelen ser más relevantes entre electorados no partidistas, como los temas relevantes de campaña, las evaluaciones que los votantes hacen del gobierno o de las condiciones económicas, tanto del país como personales, y quiénes son los propios candidatos", afirma Alejandro Moreno, profesor de Ciencia Política en el Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM) y presidente de la Asociación Mundial de Investigadores de Opinión Pública (Wapor).
La lógica argentina de "voto y me voy" dificulta después la rendición de cuentas. "Si la gente se desentiende del proceso político poselectoral sin un seguimiento activo, se genera un proceso de relativa autonomía del mundo de la política y sectores de interés, y la población juzga resultados sin mirar el proceso. Hay desafección: «yo te voté, mostrame lo que hiciste», aunque a veces los representantes no están en el lugar ni en las condiciones para hacer lo que prometieron", dice Berensztein, en alusión a las campañas para legisladores con propuestas que sólo podría implementar el Poder Ejecutivo.
Además, apunta que un sector no menor del electorado tiene efectivamente un voto estratégico. "La gente vota con la expectativa de poner límites al gobierno y empezar a perfilar candidatos para 2015", dice.
En efecto, tan cierto como que la desconfianza en los políticos puede inducir a la abstención es que las sociedades que ven las elecciones como democracia concentrada también pueden adoptarlo como un momento de decir lo suyo. "El sentimiento de que el voto no importa o que los políticos no responden a los ciudadanos puede generar abstencionismo, pero por otro lado hay ciudadanos que ven en el voto precisamente un mecanismo de control democrático. En una democracia, el voto puede ser un instrumento de premio o castigo a los gobernantes, a la clase política, y será muy interesante ver si en un clima de desconfianza los votantes emiten un mensaje con su participación", señala Moreno.
¿Con qué ánimo se define un voto cuando casi todos estamos convencidos de la corrupción de los políticos? "La corrupción influye menos de lo que debería. ¿La sociedad argentina valora la honestidad? Los hechos demuestran que no. El voto se asocia a la situación económica, algo que se suele asociar a la clase baja, pero las clase media y alta también votan con el bolsillo", señala Sozio. "Y cuando se defiende por qué la Argentina tiene que tener gobiernos honestos se argumenta que así no habría accidentes de trenes. Los gobiernos honestos tienen que existir porque sí." Atado a la coyuntura, el voto argentino también elige por el corto plazo.
Como apunta Moreno, "la construcción de la democracia es un proceso continuo, inacabado, incluso cotidiano, que tiene sus momentos de gran intensidad en las elecciones y la discusión pública que las rodea. Pero el votante debiera preguntarse si con depositar el voto basta".
En 2015, cuando se elija el próximo presidente, más del 40% del padrón tendrá menos de 40 años, y muchos de los políticos que hoy están ganando protagonismo rondan esa edad. ¿El discurso de ideología suavizada y énfasis en solucionar "los problemas de la gente" que se afianza puede anticipar otros cambios? Más allá de una nueva generación de políticos, como a veces algo pomposamente se anuncia, ¿habrá una nueva generación de votantes?
En el prólogo del libro Mundo extenso. Ensayo sobre la mutación política global, de Fernando Peirone (FCE), el sociólogo Marcelo Urresti escribió: "La generación emergente no adopta la forma del compromiso político preexistente. Los nuevos bárbaros tienden a ser nativos digitales, a tomar la vida activa como una oportunidad para construir sus proyectos vitales (...), a conformar incluso sin proponérselo una nueva escena para la expresión de ideas, debates y la conformación de redes y colectivos que se agrupan detrás de una iniciativa, eso que en otros momentos se hubiera llamado participación". A veces las sociedades van por delante de sus dirigentes, pero ¿defenderán además estos nuevos votantes la idea de que la democracia es cosa de todos los días? Eso, con redes o sin ellas, sería un paso adelante..