miércoles, 22 de agosto de 2012

Así se hace “Graduados”

Toda la intimidad de las grabaciones del programa más visto de la televisión argentina en el 2012. El rol de Dupláa y Cáceres en el grupo. Galería de fotos.
Aún recurrente, la lluvia de agosto no afecta la jornada del huracán Graduados. Es cierto, algunas escenas en exteriores debieron suspenderse y Andrés (Daniel Hendler) dejó raudamente la casa de los Goddzer tras cumplir con su rutina.
En cambio su papá Elías (Roberto Carnaghi) sigue en los estudios de Martínez y mientras relojea un libro en un impasse, señala a Semanario con un gesto el estado de Daniel (Andy Kusnetzoff) recostado y casi dormido en el bunker adolescente de la familia.
“Miralo”, dice uno de los veteranos de la tira más exitosa de 2012, tanto o más sorprendido que el cronista. Del otro lado, los gritos de Dana (Mirtha Busnelli) hacia Loli (Nancy Dupláa) mantienen la atención del equipo de grabación en Teleinde. Grotesca y a la vez dramática la situación no da margen para risas. Unos minutos después, con la sabiduría del oficio, la mujer de Echarri le explicará a Andy ya despierto, “Si te tentás, cuando grabemos vas a pensar en esta situación y deberemos repetirla”. Entonces el periodista devenido en actor obedece. La escena sale de una, ninguno aplaude, pero todos contentos. Una más.
Cumple y embarazo.
Afuera Walter (Chang Kim Sung), secretario de Clemente, revisa la grilla del día. El eje central es el embarazo de Patricia, sin embargo, Isabel Macedo llega más tarde. En realidad es su cumpleaños, de hecho la puerta del camarín, predice las salutaciones de rigor con un enorme cartel. “Me mandaron de Uruguay un desayuno”, comenta entre contenta y sorprendida a Juan Leyrado (Clemente). “Debe haberte llegado medio frío”, bromea éste.
Al lado del ex protagonista de Gasoleros, se encuentran los hermanos desfachatados del ciclo. Trajeados y esperando su turno, Luciano Cáceres y Marco Antonio Caponi (Pablo y Augusto Catáneo) saludan a la homenajeada que en la ficción los tiene a mal traer.
La jornada coincide también con la confirmación del romance Tinelli-Valdés, pero nadie habla del tema. Más tarde, vía twitter, algunos intentarán solidarizarse con Sebastián Ortega, mentor del fenómeno de la tira que tras varios años, logra poner en jaque al rating de Showmatch.
Luciano, en cambio, elige las redes sociales para divertirse con su personaje. “A ponerse pilotines”, “guarda con las pichilas voladoras”, “hoy tenemos conga”, pueden leerse desde sus tweets, como si prolongara la picardía del Bon Jovi que el actor lleva adentro.
“Los términos que uso son cosas que escuché de chico, de un tío, de algún padrino”, comenta a Semanario en un parate, “Pensá que antes no se hablaba de las partes del cuerpo, como hoy y la gente le ponía nombres de fantasía. Lo bueno es que en la calle se repite y eso demuestra que la tira se metió en la gente”.

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