lunes, 4 de febrero de 2013

Cómo es el corazón de la Internet latina que late en Miami

En un edificio pasa la mayor parte del tráfico de datos de la región; permite que varios países se conecten entre sí; se llama NAP de las Américas; en la Argentina también hay centros similares

Una vista aérea del edificio donde se interconecta toda América latina, en el NAP de las Américas.

¿Sabía usted que cuando envía un correo electrónico desde América Latina es probable que éste pase por un fortín en Miami antes de seguir el viaje hacia su destino final?
Esta ciudad estadounidense, un lugar de paso para tantas personas y mercancías, también lo es para nuestra información digital: por el sur del estado de Florida llegan varios de los cables submarinos que vinculan a la región con el resto del mundo.
En la Argentina, por ejemplo, uno de estos cables llega a la estación de amarre de Las Toninas; y el corte de otro dejó sin conexión a Medio Oriente hace unos años. El sitio Telegeography permite ver todos los cables submarinos del mundo .
Una vista de los cables que llegan a Miami y que permiten conectar a la región con el resto de Internet. Foto: Telegeography.com

Por eso, en el centro de Miami está ubicado un gigantesco cubo de concreto a donde llega la información que luego debe ser redirigida. Se trata del Network Access Point of the Americas (NAP, por sus siglas en inglés), uno de los centros de procesamiento de datos más grandes del mundo, con más de 66.000 metros cuadrados capaces de soportar huracanes de categoría cinco.
Es, en pocas palabras, uno de los cerebros de internet, un centro que facilita todas las actividades que hacemos cuando nos conectamos desde nuestro computador, como dice Douglas Alger, autor de The Art of the Data Center . Al NAP llegan los cables de todos los países que quieren tener conectividad con Estados Unidos y el mundo, y complementan las conexiones satelitales y terrestres. En vez de que cada proveedor de Internet deba crear una conexión con cada uno de los otros proveedores para poder intercambiar datos, todos ellos se encuentra en un punto común: esa es la función del NAP.
Y aunque las medidas de seguridad son altísimas y el ingreso está estrictamente controlado, BBC Mundo tuvo acceso a este cerebro para describirles cómo funciona por dentro. Previamente Google había mostrado cómo son sus centros de cómputo , lo que permite también darse una idea.

Aeropuerto internacional

Imagínense por un momento que el NAP de las Américas no es un lugar lleno de cables y computadoras con luces titilantes, sino un aeropuerto internacional. Por acá no pasan pasajeros con exceso de equipaje sino e-mails o pesados archivos adjuntos, y no hay aviones sino unidades portadoras de datos.
También hay seguridad, pero no sólo guardias y máquinas de rayos X, sino también firewalls (cortafuegos) y otros dispositivos para detectar y protegerse de intrusiones. El centro tiene un equipo de expertos sentado frente a al menos 12 pantallas gigantes que registran la información que permite mantener la seguridad de este cubo digital: desde la lista de más buscados del FBI hasta las predicciones sobre el clima y canales de noticias 24 horas.
Eso es, en esencia, el NAP de las Américas: un gran aeropuerto por donde pasa el 90% del tráfico de Sudamérica y Centroamérica, según le dijo a BBC Mundo Ben Stewart, el vicepresidente de ingeniería de instalaciones del NAP.
Video: El fortín por donde pasa nuestra información digital

"Muchas personas no entienden qué es Internet. Creen que es algo muy complejo, pero en realidad es algo muy simple. Es muy real y tangible", dice Stewart mientras recorre este centro, que él define como "un parque infantil para ingenieros".

El corazón

Como buen parque infantil, el NAP está lleno de colores. Aunque, en esencia, es sólo un puñado de cables, conexiones y servidores, estos están diseñados de tal manera que el lugar no tiene el aspecto lúgubre de una bodega.
El corazón de ese parque infantil es lo que en inglés se conoce como el "peering room". Se trata de un recinto en el segundo piso del edificio donde se conectan las redes de Internet para que los clientes de cada una de ellas intercambien su información.
Por las conexiones del centro fluyen 18 o 19 gigabits por segundo, según Stewart, lo que equivaldría a unas 36.000 canciones por segundo.
El NAP, a diferencia de otros centros de procesamiento de datos, tiene como función principal alquilar los equipos a terceros en su propio espacio físico para que ellos intercambien información por su cuenta. Por eso acá confluyen entidades y proveedores tan distintos como el restaurante Subway, la Biblioteca del Congreso de Estados Unidos y algunas agencias gubernamentales estadounidenses que tienen influencia en América Latina.
Y por esa información tan sensible y variada, la seguridad es tan alta: no se permite la entrada de cámaras y otros equipos electrónicos y, por ejemplo, para ingresar al tercer piso, donde se manejan los datos clasificados del gobierno de Estados Unidos, hay que ser estadounidense y se debe contar con un permiso especial.
"Para nuestros clientes, el principal atractivo es el tiempo de funcionamiento. Si usted tiene una compañía de Internet, si tiene un local o necesita transmitir video, necesita estar en un sitio que no vaya a colapsar", dice Stewart.
Así, las paredes del NAP están reforzadas con concreto de 18 centímetros, el edificio no tiene ventanas y está ubicado en una de las partes más altas de Miami. Además, las antenas satelitales en su techo están cubiertas para que nadie pueda determinar hacia donde están apuntando.

Riesgos

¿Pero qué pasa si llega un huracán como Andrew, que arrasó inesperadamente el sur de la Florida en 1992? ¿Se caería Internet en América Latina? Ben Stewart dice que la respuesta es no. Y agrega que la razón es que Internet se arregla por sí misma.
Según este ingeniero, si el NAP de Miami dejara de funcionar, también dejaría de enviar las señales que indican que está recibiendo información. Los routers (enrutadores) dejarían, por tanto, de enviar datos por esa ruta y buscarían una distinta.
Los usuarios podrían sentir que la información tarda más de lo normal por los caminos alternos que ésta tendría que tomar, pero eventualmente llegaría a su destino. "Así nos aseguramos de que las comunicaciones de internet nunca fallen, incluso si colapsa el NAP de Miami (¡Que no va a pasar!)".
Así demuestra Ben Stewart su confianza en su jardín infantil, en su aeropuerto, en este cerebro por el que pasa buena parte de la información neurálgica que consumimos día a día.

En la Argentina



Ver NAPs de Cabase en un mapa ampliado
Nuestro país fue uno de los primeros de la región en tener un NAP para interconectar en un solo lugar a todos los proveedores de Internet nacionales sin que cada uno de ellos tuviera que llevar un cable a los demás. Es, detrás de Brasil, el segundo país de Sudamérica con más puntos de interconexión nacionales, y por la red nacional transitan 12 gigabits de datos por segundo, cuatro veces más que en 2011, según Cabase (la cámara que agrupa a las empresas del sector).
La Argentina tiene diez NAP funcionando , aunque lógicamente mucho más modestos que el NAP de las Américas: desde el inicial, ubicado en un departamento de Suipacha 128, en la ciudad de Buenos Aires, a otros en Bahía Blanca, Córdoba, La Plata, Mar del Plata, Mar del Tuyú, Mendoza, Neuquén, Rosario y Santa Fé, y tienen planeados otros en San Luis, Paraná, Resistencia, Corrientes, Bariloche y Posadas, que entrarán en funcionamiento en el corto plazo y apuntan a mejorar la calidad de la banda ancha en todo el país

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